MATRIZ DE DECISIONES DE EISENHOWER

TÉCNICA PARA LA PRIORIZACIÓN DE LAS TAREAS

Una de las primeras cuestiones a las que nos enfrentamos cuando queremos empezar a mejorar la organización de nuestro tiempo y de las tareas es el orden en el que deberíamos hacerlas.

En ocasiones, queremos abarcar muchas tareas, pero a medida que avanzamos nos damos cuenta de que comenzamos a divagar y, en lugar de seguir un orden, empezamos a hacer muchas tareas de forma simultánea, lo que puede repercutir en su calidad y en nuestro nivel de estrés

Para establecer el orden de nuestras acciones te explicamos la Matriz de Decisiones de Eisenhower.

Antes de comenzar es esencial realizar una lista de tareas las pendientes que tengamos en el día, la semana o el mes, para poder empezar a priorizarlas con esta técnica.

¿Qué es y cómo se utiliza?

A lo mejor te suena este apellido, ya que fue uno de los presidentes de Estados Unidos y un militar que ideó esta metodología para tomar decisiones de forma rápida. Esta se materializa en una plantilla dividida en cuatro zonas, como veis en la siguiente imagen, en las que se distribuyen las tareas que habéis anotado en vuestra lista en función de su importancia y de su urgencia.

• Hacer: el primero de los cuadrantes sería en el que se anotan las tareas más importantes y que requieren de una mayor urgencia, y son a las que se les debe dar más prioridad.
• Programar: en segundo lugar irían aquellas tareas que también son importantes pero no necesitan ser atendidas de inmediato, ya sean porque no tienen fecha de entrega o porque esta es lejana. Por lo tanto, para las tareas de este cuadrante hay que decidir cuándo programarlas o reprogramarlas para hacerlas en otro momento.
• Delegar: en tercer lugar irían las actividades que no son tan importantes pero que igualmente requieren de cierta urgencia. Para estas nos podemos preguntar si pueden ser delegadas a otra persona. En caso de que esto no sea posible, se programaría para realizarlas después de las del primer cuadrante.
• Eliminar: por último se sitúan las tareas que ni son realmente importantes ni corren prisa, las cuales deberíamos plantearnos si eliminarlas de nuestra lista de tareas inicial o no.

Ventajas:

• Establecer un orden y priorizar tus tareas a lo largo del día o de la semana, tomando el control de lo que vas a hacer.
• Dejar de lado ese sentimiento de ir detrás de las tareas e intentando no distraernos o llegar a la fecha límite. Es decir, tener una actitud proactiva en lugar de reactiva.
• Saber de forma rápida qué tareas debes ir completando antes y cuáles directamente puedes eliminar de tu lista, ya que esta matriz nos lleva a cuestionarnos si realmente es necesario hacer todas las tareas que teníamos planeadas, por ejemplo, porque no le aporte nada a nuestro proyecto actual.

“Un plan no es nada, pero la planificación lo es todo”.

Dwight D. Eisenhower.